"Puede haber estilo sin moda, y moda sin estilo, pero esto último puede resultar peligroso", esto nos dice Karl Lagerfeld. ¿Qué os parece? Ciertamente creo que la mar de acertado. La moda, las tendencias, son importantes, definen nuestra forma de vestir en ciertas ocasiones, nos arrastran en su corriente y años después desempolvamos nuestras cajas del desván y nos reímos: "¿Cómo pude ponerme yo esto?".
Sucede lo contrario con otras prendas, con aquellas que te representan a ti, y no a estúpidas modas. Y, chicos, eso es estilo. Cada una con el suyo propio porque realmente es lo que nos define. Nuestra carta de presentación, la cara que mostramos al mundo. No tiene por qué ser lo más importante de nosotros, no lo es de hecho, pero tiene efectos insospechados.
A mi, personalmente, me representa el invierno (aunque sea una chica de verano). Me siento a gusto en el negro sobrio, roto con la estridencia de unos zapatos, de un collar ostentoso y colorido, o de un clutch luminoso.
Os animo, antes de dictar cualquier tipo de tendencia propia y de opinar sobre cómo llevaría yo cualquier prenda, a buscar en vosotros mismos las verdaderas tendencias, las personales, las que os representan.
Sed fieles a vosotros mismos.